Intercambio de tiempo para ayudarnos entre todos

banco de tiempo
En España existen 300 bancos de tiempo.

Patricia Monterroso / CBN. El trueque, el intercambio de bienes o servicios por otros objetos o servicios, es un sistema utilizado desde tiempo inmemoriables. Pero ¿por qué no intercambiar el tiempo? Una pregunta tan simple fue la base para la creación de los Bancos de tiempo.

Un banco de tiempo es un sistema de intercambio de servicios, conocimientos y cuidados por tiempo. La unidad de valor, en lugar del dinero, es la hora; independientemente del servicio que se ofrezca o se reciba y de la formación o cualificación de quién lo preste.

“Los bancos de tiempo parten de movimientos asociativos conscientes de que en la actualidad hay mucha falta de liquidez en el mercado y mucha gente desempleada que en su mayoría son grandes profesionales que tienen mucho que aportar”, explica Carlos Baquerín, diputado de Córdoba y promotor del Banco del tiempo en la Diputación provincial de Córdoba. Y en el otro extremo hay gente necesitada de un servicio que no pueden pagar.  Y esa es la clave, hacer un trueque satisfaciendo la oferta y la demanda sin dinero de por medio. A esas personas que ofrecen su tiempo se les denomina Agentes de tiempo.

Ha de tenerse en cuenta que los intercambios pueden ser de la más variada índole: personales, familiares o grupales, y pueden concretarse hasta el punto de poder configurar secciones especializadas. Aunque principalmente trabajan el ámbito social, tan importante hoy en día con una economía mermada, de modo que quienes ofrezcan su tiempo puedan cuidar niños, personas mayores, dependientes, discapacitados, etcétera.

Pero no solo los cuidadores pueden ofrecer su tiempo; también podrán hacerlo aquellos profesionales de la construcción, por ejemplo, para acondicionar el hogar de aquellas personas que por necesidades de accesibilidad requieran hacer alguna obra. O cualquier otro servicio que pueda tener demanda de tiempo, ya sean tareas domésticas, asesoramiento legal, formación, etcétera; sea cual sea para lo que oferte su tiempo, quien lo preste recibirá un crédito para, cuando lo necesite, recibir el tiempo de otra persona.

Banco de tiempo
La iniciativa del banco de tiempo de Córdoba fue aprobada por unanimidad en la Diputación.

Carlos Baquerín llevó esta iniciativa al pleno de la diputación con la intención de “instar a la Junta de Andalucía para que apoye este tipo de iniciativas y se organicen todas las instituciones; por otro lado ayudar en la medida de lo posible a aquellas asociaciones que ya estén prestando este tipo de servicios; y por último, que la propia Diputación -que cuenta con una empresa informática bastante importante- se comprometiera en el ámbito de la provincia a generar un banco de tiempo en beneficio de todos los posibles usuarios”. Y es que las actuales tecnologías de la información hacen ya perfectamente viables este tipo de proyectos, que comienzan a ser reconocidos y a obtener excelentes resultados locales.

En definitiva, lo que ha tratado Baquerín es que “la Diputación cree su propio banco de tiempo, además de dar a conocer esta iniciativa y asesorar y ayudar a quiénes ya estén prestando este servicio”.

Pero los bancos de tiempo no son una idea pionera. Es cierto que el ser humano cuanto más necesita más da de sí mismo y es por eso que ya existían en Sudamérica donde han existido siempre muchas áreas marginales. Ahora, después de unos años en los que la economía está mermando en España, los bancos de tiempo han comenzado a expandirse por nuestro país.

En España hay más de 300 bancos de tiempo, basados en la moneda social,  algunos de ellos,  son bancos de promoción pública. Incluso comienzan a crearse las primeras redes de bancos de tiempo. En la Comunidad Autónoma de Andalucía, hay cerca de 50 bancos de tiempo, aunque lo cierto es que casi todos ellos son fruto de la iniciativa privada. Así, a diferencia de lo que sucede en Galicia, cuya Ley 2/2007, de 28 de marzo de Trabajo e Igualdad de las Mujeres, contempla de forma explícita la creación y promoción de bancos de tiempo en los municipios rurales, en Andalucía, el reconocimiento legal de esta figura es irrelevante.

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En el banco de tiempo la moneda de cambio son las horas.

Pero “es necesario que desde las administraciones –afirma el diputado- se asuma el compromiso para ayudar a generar y poner en marcha este tipo de iniciativas porque ya una vez que están en funcionamiento con pocos costes pueden ir funcionando; pero los voluntarios necesitan que se les ayude a organizarse, se les dé un soporte informático y unas reglas de funcionamiento”.

Pero ya sea público o privado, los bancos de tiempo aportan grandes beneficios personales. Todos podemos recibir algo de alguien que esté dispuesto a ofrecerlo sin la intermediación del dinero. Pero también recibimos otros beneficios como ciudadanos, desde conocer y acercarnos a otras personas de las que podemos recibir u ofrecer algo; tener actitudes positivas de cooperación, comunicación y solidaridad; mejorar la percepción de “comunidad “en la que vivimos y ayudar a construir una ciudadanía con valores de buena vecindad, confianza en los otros y solidaridad frente a individualismo y aislamiento.

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