¿Tú te llamas Mora?

Vista de Zamora.
Vista de Zamora.
Vista de Zamora.

Ángel Custodio Rebollo. Existe una leyenda sobre el origen del apellido Mora, que bien pudo ser verdad, pero que lo dejaremos a criterio del lector.

Cuando España estaba dominada por los árabes, vivía una recatada princesa en el palacio del rey moro de Zamora, era una mujer de excepcional belleza que arrebataba las voluntades de los que la veían. En un momento en que esta sitiada Zamora por los cristianos, entre los capitanes se difundió la fama de la hermosa princesa, por lo que todos sentían los mas vivos deseos de llegar a ella y hacían los mas osados proyectos para conquistar cuanto antes la ciudad. Pero entre todos se destacó el capitán Diego de Portocarrero, quien al revés que sus compañeros, se propuso conquistar no la ciudad antes que la princesa, sino primero a la bella mujer y luego a la ciudad.

Puso en marcha una ingeniosa estratagema, propia de su intrepidez, valentía y sagacidad. Escogió cien guerreros y puesto con ellos de acuerdo se presentó al rey moro, manifestando que tenían desavenencias con sus superiores y habían desertado, por lo que se ofrecían para ayudar a los musulmanes. El rey acogió el ofrecimiento con ánimo de sacar buen partido de tan inesperado refuerzo, encargando a Diego de Portocarrero y a su gente de la defensa de uno de los puntos mas peligrosos, siempre estrechamente  vigilados por las tropas árabes.

Vanas fueron las precauciones, porque en todas las ocasiones, Portocarrero luchaba encarnizadamente contra los sitiadores, con lo que se ganó la confianza del rey.

Y fue desde entonces cuando Diego de Portocarrero se volvió y enfrentó a los musulmanes y tuvo los suficientes bríos para llegar hasta la princesa y cuando se cruzaron las miradas y conversaron se enamoraron apasionadamente, por lo que para acelerar los momentos de amor, facilitaron la entrada a los cristianos en la ciudad, obligando a rendirse al rey.

La Princesa se convirtió al cristianismo y fue bautizada como María de la Presentación Real y el rey de Castilla concedió a Diego de Portocarrero que dejase su apellido y lo cambiase por el de Mora, llamándose desde entonces Diego de la Mora, nombre que han conservado sus descendientes.

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