Ana Amador. Los caminos que conducen al Penyagolosa son un icono cultural de Castellón debido a sus tradiciones, que se conservan desde los años de la reconquista cristiana en el siglo XIV.
En esta región de la Comunidad Valenciana se encuentra el manantial de Sant Joan de la Font Coberta, un lugar de devoción al que, al menos desde 1336, se acude en peregrinación desde distintos pueblos de la comarca.
Actualmente, el municipio de Culla es el único con el privilegio de bendecir la fuente porque, según la tradición, solamente la rogativa de este pueblo consiguió la tan ansiada agua para los cultivos durante un año de intensa sequía.
Asimismo, en las faldas del Macizo de Penyagolosa ( 1.813 metros) se yergue el místico y armonioso Santuario de Sant Joan de la Penyagolosa, en tiempos pasados conocido como Sant Joan de la Font Coberta, que está dedicado a San Juan Bautista y Santa Bárbara.
Este monumento arquitectónico es destino cada año de las romerías de los pueblos colindantes, que se remontan al siglo XIV, durante la reconquista cristiana. Por ese motivo, estos caminos están considerados un emblema regional.
Durante siglos, los peregrinos han caminado hasta la ermita rogando por sus cosechas, para que cesaran las sequías o que se curasen las enfermedades. De este modo, surgieron diferentes peregrinaciones, cada una con propio folclore. Asimismo, esos caminos se convirtieron en espacios de diálogo entre pueblos, al igual que sucedió en el Camino de Santiago en Galicia.
Muchas de estas rutas hoy en día han desaparecido, sin embargo, algunos municipios castellonenses como Les Useres, Xodos, Vistabella o Culla aún conservan este bien cultural, que ha adquirido gran relevancia por su importante patrimonio arqueológico, arquitectónico, ecológico y folclórico.
Una de las celebraciones más antiguas y que mejor se conserva es la peregrinación de Les Useres, que se lleva a cabo el último viernes de abril.
Según la costumbre, que proviene de una tradición medieval, un grupo de 13 hombres, constituido por el guía y doce peregrinos (simulando a Jesucristo y los 12 Apóstoles), tres cantores, el sacerdote, el representante del Ayuntamiento, los clavarios, el depositario, las promesas y el grupo de las ‘càrregues’ rememoran la promesa que sus antecedentes realizaron de caminar en penitencia hasta la ermita de Sant Joan Penyagolosa.
Los peregrinos son voluntarios elegidos de las cinco barriadas en las que se divide el pueblo (Barrios de la Virgen del Loreto, de Santa Ubaldesca, de la Virgen del Carmen, del Cristo de la Agonía, y de Sant Roque).
Asimismo, los clavarios y las mujeres cocinan las hogazas de San Juan (panes grandes de forma redondeada) en los hornos, mientras que los cocineros y el depositario preparan la comida, los trajes, cirios, utensilios y todo lo necesario para los dos días de celebración.
Por otro lado, el Ayuntamiento comunica la peregrinación a los otros pueblos por los cuales pasará la procesión: Sant Miquel de les Torrocelles (Llucena), Xodos y Sant Joan de Penyagolosa (Vistabella).
El viernes de madrugada, tras la misa de las “càrregues” y la de los peregrinos, los caminantes van descalzos sobre un manto de hiedra por las empinadas calles. Esta salida se caracteriza por el silencio que solamente se rompe por los cantos gregorianos de los cantores. Cuando llegan al Filador los peregrinos se calzan y emprenden su trayecto de unos 35 kilómetros cada jornada, divididas en seis estaciones.
Esta celebración alcanza su cúlmen el sábado por la mañana en la ermita de Sant Joan con la ceremonia del Perdón. En este acto, el guía, que representa a Jesucristo, pide perdón y les besa los pies. Pero, la tradición manda que nada de lo que allí dentro pasa se cuente después, ya que es una ceremonia de interiorización y reservada exclusivamente a los peregrinos y el guía. Posteriormente inician el regreso y, de este modo, Les Useres cumple la promesa que hicieron sus antepasados.
Además de las tradiciones culturales religiosas, el Parque Natural de Penyagolosa se ha convertido en un lugar de obligada visita para los amantes del senderismo, la escalada y la naturaleza. Así que se han organizado rutas con diferentes grados de dificultad.
Junto a estas actividades, por sus trazados transcurren importantes pruebas deportivas que han ganado relevancia, no solo a nivel nacional. Un claro ejemplo es la carrera de montaña ‘Penyagoloso Trails’.
Esta competición, que en la última edición contó con la participación de más de 500 atletas, forma parte del circuito Spain Ultra Cup y el Campeonato de España de Ultra Trail de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME).
Todas estas propuestas culturales y deportivas han alcanzado un gran protagonismo no solo a nivel provincial y, por ese motivo, la Diputación de Castellón y los Ayuntamientos de los municipios que conforman los caminos que conducen al Penyagolosa (Castellón) luchan por ser propuestos como candidatos a Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2016. De ser así, lograrían la misma consideración a nivel internacional que las pinturas rupestres levantinas de la Valltorta consiguieron en 1998.
1 comentario en «Paseando por los caminos del Penyagolosa»
Podéis firmar vuestro apoyo a la candidaura en http://www.change.org/es/peticiones/unesco-declaraci%C3%B3n-de-camins-de-penyagolosa-como-patrimonio-mundial