Detienen a cinco integrantes de un grupo dedicado al robo en viviendas de Galicia, Cantabria y Castilla León

Redacción. Agentes de la Policía Nacional han desarticulado, con cinco detenciones, una organización dedicada al robo en viviendas de Galicia, Cantabria y Castilla-León, a cuyos miembros se les imputan 133 delitos hasta el momento.

En sus asaltos, robaban joyas que vendían en establecimientos ‘compro oro’ y que también enviaban fuera de España mediante paquetes postales. En octubre de 2013 algunos de sus miembros se desplazaron a Japón para cometer delitos en ese país, desde donde enviaban paquetes a España con los objetos robados.

Según ha informado el CNP, las investigaciones se iniciaron a principios de enero de este año, cuando se produjo un robo en un domicilio de Santander en el que sustrajeron joyas y otros efectos tras fracturar el bombín de la cerradura de la puerta. Pero un policía fuera de servicio presenció cómo un hombre y una mujer salían del portal donde se cometió el robo y se comportaban de forma extraña, por lo que anotó la matrícula del turismo en el que huyó la pareja, en cuyo maletero habían introducido un objeto que llevaban en un bolso.

Con esta pista, los investigadores identificaron a los dos sospechosos y detectaron operaciones de venta de joyas en Lugo llevadas a cabo por personas relacionadas con ellos. Se comprobó que las joyas vendidas procedían de robos en viviendas cometidos en 2013 en diferentes puntos de la geografía española, como Santander, A Coruña, Pontevedra, Orense, Lugo, Ferrol, Vigo, Nalón, León, Ponferrada, Burgos, Logroño y Pamplona.

Los agentes identificaron a otros tres miembros del grupo y detuvieron de las cinco personas -tres mujeres de nacionalidad colombiana y dos hombres españoles- como presuntos autores de al menos 133 robos en viviendas.

En los registros efectuados tras los arrestos se han intervenido numerosas piezas de joyería y relojes, aparatos electrónicos -fundamentalmente cámaras, ordenadores y televisores- y otros objetos de valor.

Los autores de los robos actuaban casi siempre formando parejas -un hombre y una mujer- aunque en algunas ocasiones incorporaban un tercer elemento, generalmente otra mujer. Una vez seleccionados sus objetivos, se registraban en hospederías con documentación falsa o bajo la identidad de alguno de los integrantes del grupo sin antecedentes policiales. A la hora de actuar, fracturaban el bombín de las puertas de las viviendas elegidas y sustraían los efectos de valor que se encontraban en su interior.

Tras la comisión de los robos, los productos sustraídos seguían diferentes vías. Por un lado, familiares de los autores materiales de los robos vendían las joyas en establecimientos tipo ‘compro oro’ de Lugo, si bien no se descarta que fundieran parte de las piezas a través de uno de los detenidos que regentaba una joyería. Otra parte de la mercancía robada era enviada a Colombia a través de paquetes postales. Para dar salida a los beneficios que obtenían con esta actividad utilizaban empresas de envío de dinero.

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