Redacción. El torero David Mora continúa en estado grave en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Virgen del Mar de Madrid aunque evoluciona favorablemente, mantiene las constantes vitales y está fuera de peligro, ha informado un portavoz del centro médico.
Por su parte, los otros dos diestros heridos el 20 de mayo por las cogidas de los toros en la plaza de Las Ventas, Antonio Nazaré y Saúl Jiménez Fortes, ya están en planta del mismo hospital recuperándose y esperando el alta médica, según las mismas fuentes.
Durante la lidia del primer toro en la duodécima jornada de la Feria de San Isidro en la Monumental madrileña, Mora recibió una fuerte cogida por el primero al recibirlo a portagayola, tal y como ha informado el coso taurino.
Inmediatamente, ingresó en la enfermería de la plaza con dos heridas por asta de toro, una en tercio medio cara anterior de muslo izquierdo con una trayectoria ascendente de 30 centímetros, que produjo el arrancamiento de la vena femoral y colaterales, con destrozos en el músculo cuádriceps.
Sufría también una contusión de la arteria femoral superficial y otra en una axila izquierda con una trayectoria ascendente de 10 centímetros, que contusionó el paquete vasculo-nervioso y alcanza el húmero, así como contusiones y erosiones múltiples. Fue derivado al hospital Virgen del Mar con pronóstico muy grave, según firmó el doctor García Padrós.
Minutos después, el diestro Antonio Nazaré sufrió una fuerte voltereta en un quite el segundo toro. También tuvo que ingresar en la enfermería con traumatismo en la rodilla derecha con probable lesión de ligamentos. Fue trasladado al mismo centro hospitalario, donde ingresó con pronóstico reservado, para su estudio radiológico.
Tras la retirada de los dos toreros por causas médicas fue el turno de Saúl Jiménez Fortes, que sufrió la cogida del mismo toro tres veces, la última a entrar a matar.
Como consecuencia de ello, padeció dos heridas por asta, una en cara externa del tercio superior del muslo derecho con dos trayectorias, la primera hacia arriba y adentro de 10 centímetros, que alcanzó el fémur. La otra herida por asta fue de 10 centímetros hacia abajo, que le causó destrozos en el músculo vasto externo.
La otra cornada, de 10 centímetros, le alcanzó la pala iliaca. No obstante, pudo acabar la faena y matar al toro. Fue atendido en enfermería y luego derivado al hospital Virgen del Mar, donde ingresó con pronóstico menos grave, como firmó el doctor García Padrós.
Debido a la baja de los tres matadores, el festejo tuvo que ser suspendido, algo muy infrecuente. De hecho, en los 68 años de historia de San Isidro se suspendieron dos corridas por cogidas de los matadores, ambas en el año 1979, con dos días de diferencia.