EBN. España se recupera de la crisis económica. Ése es el mensaje que en las últimas semanas hacen llegar a los españoles las principales instituciones públicas –y muchas privadas- en forma de avalancha de estadísticas que, la mayoría de las veces, los usuarios no saben muy bien cómo interpretar.
Sin embargo, entender estos datos es esencial para conocer la situación real del país y sacar nuestras propias conclusiones, así como para pronosticar el futuro y anticiparnos a los cambios. Vamos a ver algunos de esos indicadores y las últimas cifras que arrojan para conocer si, en efecto, España va a mejor.
El PIB. El Producto Interior Bruto es el valor monetario de la producción de bienes y servicios de demanda final de un país durante un período de tiempo determinado, es decir, un indicativo del crecimiento o decrecimiento de la producción de bienes y servicios de las empresas de una nación y, por tanto, una señal de la competitividad de las mismas.
A este respecto, tanto el Banco de España como el Instituto Nacional de Estadística han certificado recientemente que la economía española ha registrado en el primer trimestre de 2014 un crecimiento del PIB del 0,4%, dos décimas por encima del obtenido en el último trimestre de 2013 (0,2%).
Con este alza entre enero y marzo, la economía española acumula tres trimestres consecutivos en tasas positivas, siendo asimismo la primera vez en 10 trimestres que la tasa interanual –la acumulada en relación al mismo periodo del año anterior- es también positiva, al registrar un incremento del 0,6%.
Esta trayectoria de mejora paulatina responde, según las mismas fuentes, a la normalización de los mercados financieros, los avances en el mercado laboral, en el consumo privado y la inversión empresarial.
Asimismo, el ministro de Economía y de Competitividad, Luis de Guindos, adelantaba a finales de abril que el PIB crecerá una media de 1,5% en el periodo 2014-2015, esperanza depositada fundamentalmente en la creación significativa de empleo. Estas previsiones fueron remitidas hace unos días a Bruselas en el Plan de Estabilidad presentado por el Gobierno español.
Déficit público. El déficit público es otra de las variables que se deben analizar para ver el estado de salud de un país. Éste es el déficit –cuando los gastos superan a los ingresos- del conjunto de las administraciones públicas de una nación, en el caso de España, del generado en total por el Estado, las comunidades autónomas y los ayuntamientos.
El nivel de gasto público en España cayó desde el 47,8% del PIB en 2012 hasta el 44,8% en 2013, mientras que los ingresos aumentaron ligeramente desde el 37,2% hasta el 37,8%.
Así, el déficit público de nuestro país alcanzó en 2013 el 7,1% del PIB incluyendo las ayudas a la banca, que suman 0,5 puntos porcentuales, según datos de la oficina estadística comunitaria, Eurostat. Sin contar dichas ayudas, el déficit se redujo del 6,9% en 2012 al 6,6% en 2013, aunque quedó una décima por encima del objetivo pactado con la UE. En esta línea, Luis de Guindos afirmaba que el cambio en la metodología del PIB “aliviará” el ratio de deuda pública y de déficit.
Índice de desempleo. Si hablamos de riqueza, ésta está indisolublemente ligada a la creación de empleo. En este sentido, si nos fijamos en los datos registrados por las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal correspondientes al mes de abril, el número de parados bajó en 111.565 personas respecto al mes anterior, lo que representa una caída del 2,33%. La bajada se registró en todos los sectores de actividad y se realizaron un total de 1.296.529 contratos, un 12,4% más que en el mismo mes de 2013.
En suma, el volumen de desempleados se ha reducido, respecto a abril del año pasado, en 304.892 personas, un 6,1 en términos porcentuales, hasta arrojar la cifra de 4.684.301 individuos en paro en nuestro país.
Por otro lado, centrándonos en el primer trimestre del año, la Encuesta de Población Activa (EPA) -una investigación por muestreo, continua y dirigida a las viviendas familiares- refleja que el paro bajó en 2.300 personas respecto al trimestre anterior, un 0,04% menos, registrando así su primer descenso en el primer trimestre de un año desde 2005. Tras este recorte, el número total de parados se sitúa en 5.933.300.
En el último año, el paro se ha reducido un 5,5%, con 344.900 desempleados menos, lo que, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), supone el mayor descenso anual del desempleo desde el tercer trimestre de 2005.
Así nos ve Europa. Por otro lado, hace unos días la Comisión Europea revisó al alza su previsión de crecimiento para España hasta situarla en el 1,1% del PIB este año -una décima más de lo que vaticinó en febrero- y en el 2,1% en 2015 –un 0,4 más que en el anterior pronóstico-.
Según estos datos, España crecerá este año casi en línea con la media de la eurozona (1,2%) y superará ampliamente en 2015 el promedio de sus socios del euro (que se situará en el 1,7%).
En cuanto al paro, Bruselas prevé que se situará de media en el 25,5% en 2014 (frente al 25,7% en su anterior pronóstico) y en el 24% en 2015 (frente al 24,6%).
Según el informe del Ejecutivo comunitario, las exportaciones se mantendrán fuertes, pero la demanda doméstica tomará el relevo como principal motor de crecimiento. El consumo privado se acelerará progresivamente gracias a la mejora del empleo y a la baja inflación y también mejora la inversión en equipo.
Aunque la productividad se desacelerará en 2014, la moderación salarial permitirá, según Bruselas, una ligera reducción adicional de los costes laborales unitarios y mejoras de la competitividad durante los próximos dos años.
La inflación se mantendrá muy baja, en el 0,1% de media este año y en el 0,8% en 2015, debido a la débil demanda y a la caída en los precios de la energía.
La mejora de las previsiones económicas y los ajustes ya adoptados harán que el déficit público se reduzca este año, gracias sobre todo a un menor gasto, hasta el 5,6% del PIB.
Subida en el rating de Fitch. Las condiciones favorables citadas anteriormente han propiciado que la agencia de calificación crediticia Fitch Ratings haya elevado en un escalón el rating de España, desde ‘BBB’ a ‘BBB+’ con perspectiva ‘estable’, debido a la mejora de las condiciones financieras, a una perspectiva económica más positiva y a la evolución de las cuentas públicas.
“Las condiciones financieras han mejorado, la perspectiva económica es más cierta y los riesgos de que los bancos españoles representen una carga para el soberano han disminuido”, explicaba la entidad en un comunicado.
Otro de los aspectos que ha tenido en cuenta Fitch para mejorar la calificación de España es el ajuste de la balanza de pagos impulsado por un “robusto” comportamiento de las exportaciones, así como por la contracción de la demanda interna.
A este respecto, resalta que cerró 2013 con un superávit por cuenta corriente del 0,8% del PIB, el primero en casi tres décadas, lo que podría ayudar a reducir la elevada deuda neta exterior (92% del PIB) en el medio plazo.
Asimismo, explica que el rating de España se ve respaldado por una economía “diversificada y de alto valor añadido, que se está ajustando lentamente después de su burbuja crediticia”. Así, también añade que la “fuerte” mejora de la productividad desde 2008 ha sido generalizada y se está produciendo un desapalancamiento del sector privado.
En suma, son distintos los organismos que ratifican los llamados “brotes verdes” de la economía española y que auguran una lenta, pero cercana, salida de la difícil coyuntura a un país que tiene mucho que ofrecer.