Miles de personas han despedido al policía fallecido.
Europa Press. El director general de la Policía Nacional, Ignacio Cosidó, ha entregado la Medalla de Oro al Mérito Policial como reconocimiento póstumo Francisco Javier Ortega, el agente fallecido este viernes 2 de enero en Madrid al ser arrollado por un tren en la estación de Embajadores tras ser empujado por una persona a la que estaba identificando.
El cuerpo del agente ha sido velado toda la noche en el complejo policial de Canillas por sus compañeros, por miembros de la Policía Nacional, de la Policía Municipal de Madrid y de la Guardia Civil.
Sobre las 9.30 horas, el féretro ha sido trasladado de la capilla ardiente al salón de actos, donde ha tenido lugar el acto de entrega de la Medalla. Los familiares del joven policía han recibido la bandera nacional y la gorra del uniforme del agente. A continuación, se ha celebrado una misa funeral.
El acto ha contado con la presencia, además de Ignacio Cosidó, del director adjunto operativo de la Policía Nacional, Eugenio Pino, y la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes.
Entierro. Por otro lado, el agente Francisco Javier Ortega será enterrado este domingo 4 de enero en la localidad abulense de Navarredondilla, de donde procede su familia.
Según han indicado vecinos de la localidad, el joven fallecido vivió con sus abuelos en el pueblo tras perder a sus padres cuando era joven.
El agente, que era «muy conocido» en la localidad, donde acudía en vacaciones y en las fiestas, recibirá sepultura tras el funeral que se celebrará a las 12.30 horas del domingo.
Los hechos. El agente, de 28 años, fallecía este viernes tras ser arrollado por un tren en la estación de Embajadores (Madrid) tras ser empujado por una persona a la que estaba identificando y que también cayó a la vía resultando gravemente herido.
Su agresor, trasladado al hospital tras el incidente, es un ciudadano de Costa de Marfil llamado Yode Ali Raba, también de 28 años. Llegó a España de forma ilegal en el año 2011, concretamente en una patera que alcanzó las costas de Almería, según fuentes policiales.
Contaba con un total de nueve detenciones bajo identidades diferentes. Varias de ellas fueron por amenazas y robo con violencia. Estaba siendo identificado en el momento del incidente por insultar y proferir gritos a los agentes.
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