Ana Amador. Al igual que el Festival Cannes (Francia), la Mostra de Venecia (Italia) o la Berlinale (Alemania), nuestro país cuenta con un gran evento cinematográfico de fama mundial. El origen del Festival Internacional de Cine de San Sebastián se remonta al 21 de septiembre de 1953, cuando se creó la I Semana Internacional de Cine para incentivar el comercio de la ciudad. Durante este encuentro se presentaron películas de Argentina, Gran Bretaña, España, Estados Unidos, Francia, Italia, México y Suecia.
Tras esta exitosa primera edición, en 1954 pasó a denominarse Festival Internacional de Cine y un año después obtuvo el reconocimiento de la Federación Internacional de Asociaciones de Productores de Films (FIAPF) para otorgar el premio oficial de la Concha de Plata.
En 1957, la FIAPF lo consideró festival de categoría “A”, lo que propició que surgiera la Concha de Oro para las categorías más destacadas. En esta ocasión, el prestigioso galardón recayó en la película italiana La nonna Sabella. Ese fue el inicio de uno de los principales iconos de este certamen cinematográfico, un evento que se caracterizó desde su génesis por la tendencia aperturista, algo que contrastaba notablemente con la férrea censura del régimen franquista. De este modo, San Sebastián demostró poder ser la anfitriona idónea para que nuestro país tuviera su propio festival cinematográfico internacional.
Durante la siguiente edición, Alfred Hitchcock tuvo el placer de disfrutar del anonimato por Donostia. Tras un paseo matutino, el director británico asistió en el Teatro Victoria Eugenia al estreno mundial de Vértigo. Aunque en esta ocasión la Concha de Oro fue a parar a la película polaca Eva quiere dormir, algo que no estuvo exento de cierta polémica. Sin embargo, el genio del cine volvió a presentar en este festival la premiere de Con la muerte en los talones un año después.
Durante el verano de 1958, Kirk Douglas, otro de los grandes mitos de Hollywood, aceptó la invitación para acudir a su quinto aniversario. Además, el encuentro contó con la presencia de Sara Montiel acompañada por su marido Anthony Mann.
Desde entonces, muchas han sido las estrellas del celuloide que se han peseado por esta hermosa ciudad que baña el Cantábrico, lo que fue devolviendo a sus calles el ambiente cosmopolita y resplandor de antaño. Entre las figuras internacionales destacan Federico Fellini, Deborah Kerr, Francis Ford Coppola, Elizabeth Taylor, Orson Welles, Steven Spielberg o Roman Polanski.
Por otro lado, en 1986 se creó el Premio Donostia, un galardón que rinde homenaje a la trayectoria profesional de grandes hitos del cine. Entre los condecorados se encuentran Gregory Peck (1986), Al Pacino (1996), Jeremy Irons (1997), Anthony Hopkins y John Malkovich (1998), Robert de Niro (2000), Meryl Streep (2008) o Dustin Hoffman (2012).
Además de estos reconocimientos, el Festival de Cine de San Sebastián ha generado numerosas anécdoctas, como la maldición del premio Donostia, el cubo de agua de Fernando Trueba o la eterna ausencia de Jack Lemon por motivos profesionales.
Durante años se extendió el rumor de que el Premio Donostia estaba maldito, algo que se debió a la muerte de varios actores poco tiempo después de recibirlo, como Bette Davis, Anthony Perkins o Paco Rabal. En el caso de Miss Davis, a pesar de la grave enfermedad que la consumía, la actriz se entregó a su público realizando una brillante actuación en la que fumó con su particular estilo, contó numerosas historias y dio muestras de su indomable carácter. Después de su aparición estelar, la actriz voló a París donde ingresó en una clínica y murió muy poco después. Se comenta que incluso dispuso ser amortajada con el fabuloso vestido rojo que lució la noche recibió el premio.
Tras 62 ediciones, en el certamen también se han vivido grandes enfrentamientos. Uno de los más sonados fue protagonizado por Fernando Trueba y el crítico de cine Diego Galán. Quien más tarde sería director del festival calificó en un medio de comunicación que la película del director español era más apta para la televisión que para la gran pantalla. Estas palabras provocaron la ira del cineasta madrileño, que lanzó sobre Galán un cubo de agua.
Otro famoso incidente comenzó semanas antes del festival de 1994, cuando el actor Mickey Rooney publicó unas memorias en las que aseguraba haber tenido una hija secreta con Lana Turner. Ante estas declaraciones, la actriz norteamericana juró darle una bofetada cuando se encontratan con él en España. Rooney vio en esta afrenta una gran oportunidad para publicitar el libro y la película que acababa de estrenar, así que en el hall del famoso hotel María Cristina esperó a su supesta examante. Para evitar que el fatídico encuentro se produjera, la organización del evento convenció a los periodistas de la televisión rusa para que distrajeran al actor con una entrevista interminable. Finalmente, esa edición culminó sin más tensiones.
Por otro lado, en San Sebastián también se han vivido momentos muy emotivos y divertidos, como el estallido de alegría de Vanessa Redgrave al recibir el Premio Donostia en 1999. La actriz británica, tras los agradecimientos pertinentes al subir al escenario, pidió al público asistente que cantara con ella ‘Imagine’ de John Lennon.
Otro regalo para el recuerdo lo protagonizó Gleen Close, quien declaró haber cancelado su reserva en un prestigioso restaurante de la ciudad para «irse de pintxos» y rodearse de la gente donostiarra.
Actualmente, la ciudad vive su gran cita con el séptimo arte y en este ocasión Denzel Washington y Benicio del Toro han compartido el Premio Donostia. Aún faltan unos días para poder conocer cuáles serán las películas galardonas con la Concha de Oro, aunque este encuentro contará con la presencia de grandes estrellas como John Malkovich, Willem Dafoe o Viggo Mortensen. Así que, no cabe duda que esta nueva edición será protagonista de más curiosidades que irán alimentado la leyenda de este gran festival de cine internacional.
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